El trabajo serio de la danza requiere un esfuerzo físico y mental cuyos resultados se adquieren con el paso del tiempo y la madurez del alumnado. Uno de los objetivos más complicados del principio del estudio de la danza es entender e interiorizar las líneas corporales del bailarín/a; líneas que le diferencian del resto de personas por su alargamiento de columna y proyeción de sus extremidades, así como la proyección y control de la energía en cada uno de sus movimientos o posiciones donde podemos percibir que sus líneas corporales parecen prolongarse hasta el infinito con una energía y potencia física inagotables.
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Publicado por: Miguel Ángel Serrano
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