A casi todos, ya seamos grandes o pequeños, nos encantan las burbujas de jabón. Verlas formarse y salir volando al soplar, es siempre divertido, pero aún lo es más corretear detrás de ellas para hacerlas explotar. Nos sentamos en círculo y explicamos que vamos a hacer pompas de jabón, pero que no pueden tocar ninguna, que hemos de dejar que esta vez, sean ellas las que nos toquen (así les enseñamos que podemos controlar nuestros impulsos).
Al hacer las burbujas observamos sus caras, con muchas ganas de tocarlas pero aprenden a controlarse y no lo hacen. Conforme sean las burbujas las que les toquen a ellos y les exploten encima, veréis sus caritas emocionadas.
¡Al acabar nos salimos al patio a perseguir burbujas! ¡Nos lo pasamos genial!
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