Hasta el tiempo nos acompañó y hubo momentos en los que
el sol picaba un poquito. A las 10:30 de la mañana comenzaban a llegar los
niños participantes de este encuentro diocesano de Infancia Misionera
"Caminos de Fe", en cuyo lema se unía la celebración del año de la Fe
y la invitación a caminar que el Papa Francisco ha lanzado a toda la Iglesia en
su primera homilía como Papa. Llegaron niños de Yecla (del colegio de La Inmaculada),
de Lorca (del colegio San Francisco de Asís), y del colegio San Vicente de Paúl
de Cartagena, allí los esperaban los jóvenes voluntarios de las misioneras
identes y los niños y profesores del colegio Antonio de Nebrija, los
anfitriones, en Cabezo de Torres.
Poco a poco fueron llegando todos, desde Espinardo
llegaron las representaciones de los colegios de La Milagrosa y de La
Consolación, desde las Torres de Cotillas llegaron jóvenes y niños de la
parroquia de La Asunción, cuyo párroco Diego José nos acompañó y animó durante
todo el encuentro; de Murcia se acercaron alumnos del colegio El Buen Pastor y
del colegio de Santa María del Carmen (carmelitas) y un grupo de feligreses de
la parroquia de San Benito, entre ellos los niños que participarán en Valladolid
en el festival de la Canción Misionera, representando a la diócesis; y,
también, como no, una representación de los niños de la parroquia Ntra. Sra. de
las Maravillas de los Martínez del Puerto, en total unos 378 niños, a los que
hay que sumar catequistas, profesores y padres que los acompañaron: más de 400
personas.
Tras la oración inicial, preparada y animada por los
representantes de El Buen Pastor, tuvo lugar la gymkana, en la que participaron
todos los niños, en grupos de 10 y 15 miembros, una gymkana que iba recorriendo
los caminos de la Fe. Al término de la misma tuvo lugar la celebración de la
Eucaristía, presidida por el delegado de Misiones y animada por Diego José y el
coro de la parroquia de San Benito; para muchos fue la primera Eucaristía en la
que pedían por el Papa Francisco, y en ella escuchamos como Jesús nos invita a
seguirle, y para seguirle hay que caminar, caminar abiertos a los demás,
acercándonos a todos y dejándonos acoger por todos. Luego vino la comida, donde
en grupos se compartieron bocatas, patatas y dulces, un compartir fraterno y
misionero, y finalizamos con la presentación de lo que había descubierto cada
grupo en la gymkana, las actuaciones de los distintos grupos y la entrega a los
distintos grupos de un diploma de participación y del mural con el decálogo del
niño misionero.
Un encuentro que nos ha animado a todos a seguir siendo
parte de la Infancia Misionera, de los niños que ayudan a los niños.
Os invitamos a ver unas imágenes del encuentro:
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